El poder es un poderoso afrodisiaco, no obstante, no debe ser motivo para dar rienda suelta a las bajas pasiones de quien se encuentra como gobernante de un Estado, pues demuestra concupiscencia de la sociedad de donde proviene la máxima autoridad y la propia baja ralea del gobernante de turno.
Las falacias, los sesgos y el presidente
La identificación de falacias y sesgos cognitivos promueve un debate político más constructivo y respetuoso, basado en argumentos sólidos y evidencia verificable. Al fomentar una cultura de pensamiento crítico y análisis racional, contribuimos a fortalecer nuestra alicaída democracia y a garantizar que las decisiones políticas se tomen en beneficio de la sociedad en su conjunto.
Golpe de Estado de Cristal
El efecto sin duda fue el deseado, lograr apoyo de propios y extraños —opositores políticos incluidos— para el presidente “democráticamente electo”, rechazar cualquier exabrupto violento, venga de donde venga, llenar titulares y declaraciones de loas a la democracia, pero descuidando el análisis crítico, la sospecha de que la política en nuestro país es más de lo que se muestra, dice o se describe
El humor de la policía y la responsabilidad del Estado
Ya no es risible que se bromee sobre el trabajo de la policía boliviana, pero siendo la libertad de expresión una de las características plenas de la dignidad humana, reír para no llorar, no debería ser perseguido en un país de bajezas institucionales como las que vivimos cotidianamente.
Los Prorroguistas
Si bien en un escenario cotidiano de resolución de constitucionalidad de una norma increpada de inconstitucional – es decir, ejercer el control normativo de constitucionalidad con carácter previo – se elige la interpretación sobre el objeto interpretado, suele hacerse en un entendimiento de probidad jurisdiccional, que es lo mismo que afirmar que se realizará una interpretación que no involucre un beneficio personal.
Lo que callamos los docentes II
A los que nos consideramos educadores, sabemos que la labor de formar un nuevo profesional no pasa por lo emocional. Si bien hay que tener cierto grado de inteligencia emocional para comprender la fragilidad humana de hoy en día, el núcleo del asunto en cuanto a la educación es el lenguaje. Bien se podría escribir un aforismo: dime qué palabras usas, cuándo y cómo, para decirte cuánto entiendes del mundo.