Es más bien una marca identitaria que se recicla cada cierto tiempo, cambiando protagonistas, mutando situaciones, pero dejando el mismo sabor a hiel en los que ejercemos la criticidad y la ciudadanía como oficio. Por esto mismo, tanto el 2022, como los años subsiguientes seguirán aportando “descubrimientos” de otros ítems fantasma, de situaciones, acciones, decisiones que deberían ser de un modo, pero son de otro.
Lo que hace falta es asumir un nosotros inclusivo, que implique la responsabilidad del gobernado-gobernante y viceversa, porque cualquier gestión pública responde a una dinámica dual que no se simplifica en una dicotomía excluyente, sancionadora de todo pasado y santificante de todo presente...
Dentro de la mitología precolombina americana encontramos la leyenda del pueblo venezolano Pemón, que resalta por el relato de los makunaima, donde el sol personifica a un indio que se …