Mientras no haya un respeto claro a la institucionalidad, a la democracia representativa, al valor de la transparencia, pero sobre todo al hecho de querer mejores días para todos, abrir una nueva página en la historia de activación constituyente sería una vertiginosa forma de convulsionar al país, porque no se explica de otra forma la insistente manía de querer conversar con sus acólitos aquello que sus mismos seguidores no terminan de comprender: la constitución vigente.
Autor: Delmar Apaza López
Ray Bradbury tenía razón
“No hace falta quemar libros si el mundo empieza a llenarse de gente que no lee, que no aprende, que no sabe…”
Ítems fantasma del 2022
Es más bien una marca identitaria que se recicla cada cierto tiempo, cambiando protagonistas, mutando situaciones, pero dejando el mismo sabor a hiel en los que ejercemos la criticidad y la ciudadanía como oficio. Por esto mismo, tanto el 2022, como los años subsiguientes seguirán aportando “descubrimientos” de otros ítems fantasma, de situaciones, acciones, decisiones que deberían ser de un modo, pero son de otro.
Falacia federalista
"Aceptamos el principio (federalista) como verdad comprobada, pero en sus detalles tengamos a la vista nuestros recursos, nuestro pasado, nuestras necesidades y demás condiciones sociales para que la ley tenga aplicación práctica y realice la aspiración general de armonizar el orden con la libertad evitando el despotismo y la anarquía. Evitemos el derroche de los fondos fiscales; evitemos que el Ejecutivo celebre contratos leoninos en los que por miserables primas se vende el provenir de la patria; evitemos la degradación de los funcionarios públicos cuando dependen de la voluntad de un hombre autoritario e ignorante" Adolfo Mier.
Legislación, inconstitucionalidad y maldición normativa
"...Como complemento a lo dicho, se plantearía una situación de colisión entre voluntad política expresada en la normatividad que quieren llevar adelante los representantes políticos (diputados y senadores) y la voluntad jurídica, que se supone defienden —bajo la lógica del principio de supremacía y de control constitucional— los magistrados constitucionales; para lo cual deberían ser reconocidos como probos, idóneos e intachables en su proceder, cualidades que no son precisamente las que el ciudadano común atribuye a estas autoridades..."
Gestiones Temerarias
“Si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie”; puesto que en el imaginario colectivo se cree que cada vez que hay elecciones hay un cambio cuasi mágico de las actitudes gubernamentales, solamente porque las noveles autoridades así lo manifiestan, pero más allá de su verborrea siguen procediendo como sus predecesores, entonces, nos hallamos ante un círculo vicioso.