La identificación de falacias y sesgos cognitivos promueve un debate político más constructivo y respetuoso, basado en argumentos sólidos y evidencia verificable. Al fomentar una cultura de pensamiento crítico y análisis racional, contribuimos a fortalecer nuestra alicaída democracia y a garantizar que las decisiones políticas se tomen en beneficio de la sociedad en su conjunto.
Categoría: pensamiento político
El Poder Constituyente y el sinsentido evista
Mientras no haya un respeto claro a la institucionalidad, a la democracia representativa, al valor de la transparencia, pero sobre todo al hecho de querer mejores días para todos, abrir una nueva página en la historia de activación constituyente sería una vertiginosa forma de convulsionar al país, porque no se explica de otra forma la insistente manía de querer conversar con sus acólitos aquello que sus mismos seguidores no terminan de comprender: la constitución vigente.
Ray Bradbury tenía razón
“No hace falta quemar libros si el mundo empieza a llenarse de gente que no lee, que no aprende, que no sabe…”
Falacia federalista
"Aceptamos el principio (federalista) como verdad comprobada, pero en sus detalles tengamos a la vista nuestros recursos, nuestro pasado, nuestras necesidades y demás condiciones sociales para que la ley tenga aplicación práctica y realice la aspiración general de armonizar el orden con la libertad evitando el despotismo y la anarquía. Evitemos el derroche de los fondos fiscales; evitemos que el Ejecutivo celebre contratos leoninos en los que por miserables primas se vende el provenir de la patria; evitemos la degradación de los funcionarios públicos cuando dependen de la voluntad de un hombre autoritario e ignorante" Adolfo Mier.
Generación Idiota
Hoy en día, la participación en política suele entenderse como algo ajeno a nuestra burbuja de actividades aisladas por las redes sociales, sin embargo, eso implica pagar un alto costo en responsabilidad social para con los demás.
Ellos o nosotros
Se van perfilando las viejas taras políticas que han dominado gran parte de nuestra historia: el revanchismo, el manoseo judicial, la ausencia de ética política en las acciones gubernamentales, provocando polarización antes que la unión que proclama el lema acuñado en nuestras monedas y como máxima del Estado al que pertenecemos.